1 de abril de 2008

BUCEANDO EN ISHIGAKI, OKINAWA (4)

El temporal continuó azotando el norte de Iriomote toda la noche, por lo que el puerto de Uehara permaneció inoperativo también en la mañana del jueves. Nos contó Kiyoko san, la dueña del albergue, que normalmente el norte de Iriomote es mucho más lluvioso que el sur, y que la zona de inflexión se encuentra exactamente en torno a Iriomote Onsen. La verdad es que no lo sabíamos hasta entonces, pero nuestra excursión hasta Otami corrobora la afirmación: unos 10 minutos después de sentarnos en el taxi, empezó a llover a cantaros, como os contaba en el otro post, y el onsen esta justo a 10 minutos en coche de Otami-Ohara, o sea que fue exactamente como nos contaba Kiyoko san.

El caso es que me toco madrugar mas de la cuenta porque tuve que ir en bus hasta Ohara, el puerto del Sur. Afortunadamente, cuando suspenden el servicio en Uehara (lo que suele ser bastante frecuente, por lo que se ve), la compañía pone autobuses para conectar con el otro puerto, así que no me toco hacer dedo esta vez.

En el puerto de Ishigaki me esperaba Hori-san, el encantador divemaster del club al que llame para reservar mi plaza.

Primero fuimos de tienda en tienda haciendo recados para el viaje, y finalmente me llevo a la lonja de Ishigaki para ver la subasta de atunes, actividad totalmente inesperada, por otro lado, porque cuando vas a bucear solo piensas en ver peces vivos, no fileteados…

El caso es que al final fuimos a bucear con otros 4 pasajeros. En realidad solo 2 buceaban conmigo (uno de ellos parecía el hermano de Nakamura-san, el de la familia de Kobe que recordareis por sus extrañas costumbres). Los otros dos pasajeros eran un padre y su hijo, que venían desde Biei , en Hokkaido, para hacer un “bautismo de mar” (primera experiencia de buceo), que el padre regalaba al hijo con motivo de su graduación, antes de empezar la Universidad. La verdad es que el hijo no parecía estar entusiasmado con la idea, y creo que solo abrió la boca para vomitar, porque se paso todo el día mareado. Para mí que el que quería bucear era el padre, al que se veía disfrutar de cada momento. El chico en cambio, parecía a punto del suicidio casi desde que se subió al barco, y no os cuento cuando salio de la primera inmersión… daba una pena el pobre!!!

En el barco, con Hori-chan antes de la inmersion,

observad que llevo la chaqueta encima del neopreno a medio poner...



Pero yo si que disfrute, sobre todo de los calamares gigantes, que ponen huevos como pelotas de golf sobre los arrecifes de coral, y de los pequeños, que ponen centenares de huevos diminutos bajo las rocas. Y de los peces de colores, los casi transparentes cangrejos-araña y los diferentes corales. Había muy buena visibilidad, pero como no hacia mucho sol, los colores perdían la brillantez que esperas en ese tipo de aguas a poca profundidad (no pasamos de los 15-16 metros), y es que el sol, tanto dentro como fuera del agua, marca la diferencia. El Nakamura-2 me prometio enviarme fotos de las inmersiones, pero a fecha de hoy no han llegado, asi que de momento, contentaos con la descripcion de los hechos...


Eso si, hacia bastante frío, sobre todo al salir del agua, porque hacia viento y ya os digo que el sol solo se abrió paso entre las espesas nubes en contadísimas ocasiones, pero como sarna con gusto, no pica, disfrute de las inmersiones como una enana, pese al frío.


Porque de todos modos, el frío se me paso enseguida, tras una ducha caliente en el albergue de Ishigaki, asi que una vez calentita y limpita, me alquile una bici y me fui a buscar a Alena, que estaba tomando un café con tarta en una cafetería de la ciudad.

Ishigaki es la ciudad mas meridional de Japon, pero no deja de ser un pueblo grande, aunque en comparación con las aldeas de Iriomote, da la sensación de ser un gran núcleo urbano. Por no haber, no hay ni “convinis” (los convenience store tipo Seven Eleven, a los que nos hemos acostumbrado irremediablemente al vivir en Tokio). Estuvimos haciendo unas compritas de souvenirs en el “mall” de Ishigaki City, la típica calle techada donde se agolpan tiendas de recuerdos, comida, ropa, etc.
En el paseo descubrimos un restaurante semi escondido, RAKUZA, donde éramos las únicas clientas, y en el que degustamos una cena estupenda y baratísima, en la que no falto la Ternera de Ishigaki ( 石垣牛, delicatessen comparable con la famosa ternera de Kobe), unas deliciosas croquetas de tofu con salsa de tomate picante, y otros riquísimos platos de verduras al estilo isleño.

Y para terminar el dia, un paseo en bici hasta el puerto para probar el también famoso “Ishigaki Gelato” . Para mi, helado de sal (con sabor a dulce de leche!!!) y para Alena helado de algas (con sabor a azúcar tostada!!!)

2 comentarios:

Ignacio dijo...

Cámara subacuática ya!!!

matoki dijo...

En realidad es suficiente con una carcasa estanca para mi camara actual, aunque la carcasa cuesta mas que la camara en si.
De todas formas yo no buceo demasiado bien, y creo que las fotos saldrian un poco movidillas... Pero todo se andara!